jueves, junio 30, 2011
Picnic con animal de casa
Las mujeres que tienden
sus cuerpos al sol,
¿qué esperan de mí?
Sus sueños llevan sombra
a seres voluntariosos
que nunca son como yo.
La tierra imita sus formas,
brotan de semillas
que no requieren luz,
y si sonríen,
si desnudas al oído
niegan haberme conocido,
dejan ver esa raíz
de donde nacen
el consuelo, el dulce alivio,
el tintineo
emitido por lo frágil
justo antes de romperse.
Me llaman
con cariño,
y voy.
Las miro y después,
ser vivo sediento,
al abrevadero regreso.
En el agua vive
un hombre
parecido a mí,
que siempre
tiene mi edad, que juzga
como juzgo yo,
que sincroniza
conmigo
su respiración.
Él vive
en ese mundo
donde todo está resuelto.
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