lunes, octubre 31, 2005

martes, octubre 25, 2005

El hombre consciente

No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino,
por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia
Engels, acerca de Marx.
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La nota apareció en el periódico Reforma, en el suplemento Universitarios:

Apoyan a revistas universitarias
Entre las publicaciones se encontraron las del ITAM, de la UNAM, de la Universidad Iberoamericana y del Claustro de Sor Juana entre otras
Por Baruch Velázquez
Grupo Reforma

Ciudad de México (23 octubre 2005).- La Universidad del Claustro de Sor Juana realizó el Primer Encuentro de Revistas Universitarias e Independientes, en el que jóvenes de distintas casas de estudio expusieron sus publicaciones y debatieron sobre temas como censura, contenidos editoriales y distribución.
Aldo Iván Valdez, alumno de literatura del Claustro y director de la revista Mediaciones, afirmó que este tipo de eventos sirven para llegar a un mayor número de lectores. "Creemos que las publicaciones universitarias cumplen un papel importante en la formación de la conciencia crítica del estudiante, además de que hacemos público el trabajo de investigadores y creadores que se desenvuelven en las universidades", expresó.
Alfredo Núñez, de la Universidad Iberoamericana, reflexionó sobre el espacio que deberían tener estas publicaciones en los medios de comunicación."Nos enfrentamos con el problema de la distribución día con día, sin embargo, también hay gente que apuesta por nuestras propuestas, es necesario que nos apoyemos para tocar puertas y lograr llegar a un público que vaya más allá de las universidades", afirmó.
Entre las publicaciones dadas a conocer en el encuentro está Opción, del Instituto Tecnológico Autónomo de México; Asfáltica, de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como las independientes Lenguaraz, Textofilia, Velocidad Crítica, Literal, Replicante, Arte al Día y Generación, entre otras.

Le agradezco a Baruch, un tipo por lo demás agradable y que en sentido estricto cumple con su trabajo, la mención que me dedica en su reportaje. Pero siendo un convencido de que es la palabra escrita la semilla de nuestra memoria colectiva, creo pertinente aclarar que las palabras que se me adjudican no fueron expresadas por mí en ningún momento. Platicamos, sí, y le obsequié los dos últimos números y, sin profundizar, le hablé de los hombres y mujeres que realizan Mediaciones, y de la participación de los profesores y alumnos que son, en última instancia, los que le dan vida a este tipo de publicaciones. No hablé nunca de la conciencia crítica, cosa que se adquiere no con una revista, sino en las aulas y en la vida cotidiana, si es que uno es atento al caminar por la calle o al cerrar de ojos para escucharse a sí mismo.
Su mención me halaga, pero no me deslumbra. Sobre todo al momento de descubrir una omisión aún más grave que mis “declaraciones”. Baruch no da crédito, en ninguna de sus líneas, a quienes llevaron a buen término el Encuentro de Revistas Universitarias e Independientes. La revista Registro y sus integrantes armaron las mesas, invitaron a los ponentes, consiguieron el material de apoyo y nos regalaron un bonito sobre con un póster y dos números suyos además de un diploma de participación. El esfuerzo era meritorio de una alusión, si es que dominaba la prudencia, o de un franco reconocimiento de su labor si es que los criterios editoriales, sólo por esta vez, hubieran podido quedar a un lado.
Pero puede a veces más la comodidad que la conciencia crítica. Así, Registro, siendo el organizador del evento, no tiene cabida ni siquiera por descuido en Universitarios porque, en sentido estricto, no es una revista universitaria. ¿Y yo? Yo quedo como un pequeño burgués jugando a ser Marx. ¿Pero quién no ha jugado a serlo alguna vez?