jueves, agosto 16, 2012

Coronación

Yo quisiera ya no decirte nada,
derrumbar la torre contigo adentro,
cruzar los pastizales donde yaces
tendida, y no voltear a mirarte,
despertarme, cobrar mi recompensa.
Sólo una máquina de hacer silencios,
o un relámpago rugiendo a toda hora,
podrán volverme un mono diminuto
y mudo, un claro signo de los tiempos.
Tu sostenido paso por el mundo
–tu autorretrato donde llevas una
flor en el pelo– sonará a lo lejos,
en cada nombre que le ponga yo a las cosas. 

jueves, agosto 02, 2012

Prevalecer

La hubieran visto enloquecida por
mi amor: se azotaba contra la jaula,
dormía con un ojo abierto para
evitar que me le fuera, me arañaba
señalándome como suyo. 
                                                Rubia
de cinco a seis, un cepo entre las sábanas,
ojos de cobre y paladar de encino,
una luz repentina en el cuarto
que pensábamos vacío, su dádiva
lángara. 
              Un viento medicinal
la curó de mí, o su dios, o un antiguo
juez. Justo ahí, dicen los que me vieron
extinguirme, me le agité como una 
flama, como una flama me apagué,
como si con saliva.