un animal sin cuerpo retozando,
cayó de dónde, viene aquí a morir
o nace, se la comerán los peces
o irá dejándolos ciegos, o turbios,
o rojizos.
Muros
de otra materia
la tienen prendida, y la beberán
los tigres y los monos y tus hijos,
y sus lenguas brillarán como el oro.
¿Quién lo hizo posible? ¿Cómo lo echó
a andar? ¿Hubo alguna vez otro camino?
El arquitecto de este raro día,
es también dador de su contingencia:
ya me tocan tus manos; ya me rompen.
ya me tocan tus manos; ya me rompen.
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