jueves, diciembre 22, 2011

Musa Obtusa. El poeta la descubre en un río sin orillas


Una ola en la entrepierna
Un mar a la distancia
Un símbolo dormido
con dientes de obsidiana:

Castora dulce y tierna
Razón para la estancia
Un cálido apellido
de lumbre cotidiana:

Que en nada te concierna
la eterna ciega errancia
del verso dirigido
a tu estirpe, ay, liviana


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