jueves, noviembre 10, 2011

Jardín


Sabemos, sí, que hay luz.
La combatimos, obstinadamente.
Pedro Salinas


Tu voz
y la lumbre de tu voz
prenden silencios.

Hablas
y es un decir la noche,
una palabra negra y amarilla
como chispa entre rescoldos.

Una sílaba cálida.
Un símbolo quieto.

Vivaqueo sobre tu pecho
y escucho cómo late el mundo
allá a lo lejos,
en lo profundo,
en el calor que se desprende
hacia tu centro, en tu sol oculto.

No tarda la luz.

Por cuartas irá midiendo
el jardín de tu casa,
su rincón premonitorio,
su fractura, su cicatriz, su presagio.

Puntual vendrá,
a la orilla de nuestra estancia,
te arrancará y me arrancará,

y nos extinguiremos.


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