jueves, octubre 25, 2012

Coruscante

Esto vienen diciendo de nosotros:
son mirlos de Hipona, mirlos de Casia,
un Cayo Mirlo: el mal ha madurado
en ellos como un fruto propicio
para el invierno, arrancan con los dientes
la yerba crecida de las estatuas,
el templo visto en sueños los espera,
y serán destruidos, pero luego.
Calamidad, tormento de los justos:
vinieron a esta tierra como el sueño
a los primeros animales: ciclos,
carnada. 
                En casa de los jueces hay
un tigre patinado por el celo,
un guardián de la ley que calienta
la raíz de nuestros actos: le ruge
siempre a la mala sombra del demonio,
al estruendo, al umbral iluminado, 
al mar embravecido de la nada,
a la luz que le quitas a las cosas.

jueves, octubre 11, 2012

Civilización

Que quepa entera la noche en tu boca,
que te sepan a tierra estas palabras,
que invoquen sólo para ti un espíritu
malo, que sean la casa que nunca
se abrirá para nosotros.
                                         Para eso
recorrimos los caminos, mugimos
para eso, inundamos el hogar de orines
para eso, hablamos en la lengua muerta
de los abuelos, y nos impusimos
su ley para eso:
                          para darle lustre
al carbón entre tus piernas, minar
al poderoso en todo con venenos
de tu estuche, suplicarnos, darnos
la gran vida y después terminar a
nuestra suerte.
                          Cúbrete. Aquí vienen.
¿Levantó alguien para ti algún palacio?
Cuántas bóvedas tuvo. ¿Qué guardabas ahí?
Sólo en mi sueño no éramos nosotros
sino mortales, brillábamos al tacto,
a perpetuidad y como fueron
nos eran devueltos
                                 aquellos años.


jueves, octubre 04, 2012

Ella le dice a él

En aquel sueño yo reconocía
tu voz aún a la distancia: dejaba
un rastro marrón sobre los animales,
y la fruta maduraba, y lo terco
en no volver, volvía.
                                     Era la hora
del misterio partido por la mitad,
para mirarle lo de adentro.