jueves, septiembre 15, 2011

Tres días en la Tierra


1.

Este consuelo tiene el mundo:
amanece,
abandona la sombra,
del abrazo oscuro se retira
y algo limpio
–un lince de fuego,
un niño dorado,
un ramo de estrellas–
pronuncia en luz su estancia,
centellea.


2.

Un viento que no sopla
trae la noche,
un sol enano,
un cariño a deshoras,
un umbral infranqueable.

La misma sustancia
que germina en tu ausencia,
poblándome.


3.

Así me ilumina la noche,
así me canta su pájaro oscuro,
así se está conmigo:

contraviniendo
todos y cada uno de mis deseos,
dándole mi fortuna a los otros,
alimentándome con pechos
de señoras difuntas.

De su caricia de aguijones
vuelvo ileso,
ligero casi,
con marcas en el cuerpo.

Cicatrices que recuerdan
lo que nada soy,
lo que nunca he sido.



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