miércoles, abril 18, 2007

En otro tiempo he estado aquí

ERV
Déjame recobrar la memoria del cuerpo,
su rigurosa finitud.
Déjame salvar nuestros cuerpos de sus raíces,
abatir los árboles que no soportan ya el peso del alma
y buscan su polvo, su semen de tiempo y su metamorfosis.
[...]
No tengo conciencia:
eres un espejo que me acosa, me fustiga, me oprime
la frente, la respiración, la boca:
y tu saliva es un bautismo tardío y siempre reciente,
el agua que destruye la sed
y mi sudor en vano lo combate.
[...]

Oh mía, fuego mío,
que la inundación de la música nos consuma,
que este incendio en sus mismas llamas se abandone
y que en mi ceguera estalle la luz de las manos, de la piel, del
espasmo,
los cuerpos, la noche, la vida irrepetible que no quiere volver a ser.

-------------------------------------
5. Déjame recobrar la memoria del cuerpo (Fragmentos)
Tomado de Montemayor, Carlos, Abril y otras estaciones (1977-1989), FCE, México, 1989, pp. 47-49.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

de vez en cuando se agudiza la búsqueda de la razón de nuestra existencia y miramos todo y queremos darle una explicación exacta o al menos satisfactoria para nuestra conciencia. sin embargo esta aceleración de ideas y de palabras se mantienen en constante aceleración tal, que al momento de llegar a un escalón concluyente, nuestros huesos y músculos se convierten en harapos y lo único que buscas es recostarte en un lugar seguro. al menos yo haría eso.

hermano, me gustó el paisaje. transmite tranquilidad. seguramente verás las cosas más claro.

Aldo Iván Espinosa dijo...

No sabes cómo quisiera ver las cosas claro. Verlas así, en su nitidez natural de cosas.
Porque yo también busco recostarme en un lugar seguro y estar tranquilo.

Todo quiero, dirías tú.

Un abrazo.

(Por cierto. La imagen muy linda, ¿no?)