ERV Déjame recobrar la memoria del cuerpo,
su rigurosa finitud.
Déjame salvar nuestros cuerpos de sus raíces,
abatir los árboles que no soportan ya el peso del alma
y buscan su polvo, su semen de tiempo y su metamorfosis.
[...]
No tengo conciencia:
eres un espejo que me acosa, me fustiga, me oprime
la frente, la respiración, la boca:
y tu saliva es un bautismo tardío y siempre reciente,
el agua que destruye la sed
y mi sudor en vano lo combate.
[...]
Oh mía, fuego mío,
que la inundación de la música nos consuma,
que este incendio en sus mismas llamas se abandone
y que en mi ceguera estalle la luz de las manos, de la piel, del
espasmo,
los cuerpos, la noche, la vida irrepetible que no quiere volver a ser.
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5. Déjame recobrar la memoria del cuerpo (Fragmentos)
Tomado de Montemayor, Carlos, Abril y otras estaciones (1977-1989), FCE, México, 1989, pp. 47-49.