domingo, octubre 01, 2006

Las batallas que guardo para mí mismo

Ciego de noche, ámbar que guarda
al corazón como una roca,
puedo recordar la barbarie del mundo,
las batallas que tuve que perder
para no hallarme en el trono
de los que todo lo tienen,
felices en su hartazgo
y del todo vencidos.

Pero allá donde no combatí
me espera un llano,
un claro donde un ejército
renuncia al amor
esperando un abrazo, el remoto
luchar contra la nada,
la absolución del hombre
porque así está escrito en el
libro aquel imposible de leer
porque ciego de noche, ámbar que guarda
al corazón como una roca,
me señalo a mí mismo
en el barco de los que vuelven derrotados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te aventaste un 10 jefe, me llegó tu poema.

Dam

Aldo Iván Espinosa dijo...

Te agradezco muchísimo tu comentario, batichica.

Últimamente me obsesionan muchas cosas. Entre ellas lo que la gente piensa de lo que escribo. Me veo a mí mismo escondido abajo de una mesa, hasta que alguien llega y me dice: "puedes salir, te encontramos inocente pero no libre de culpa". En fin.

Gracias Dam, por pasar a visitar.